Disney y la intensidad del villano.

 
Hay dos películas que me sé de memoria: Aladdin y el Rey León. Cuando niña, eran las únicas películas que tenía en VHS (prestadas por mi amiga Camila), y las veía una y otra vez hasta cantar como Simba (sí, yo era Simba y Camila Nala...Meh). 

El punto es que, cuando niña, no veía más que los protagonistas pasando por sus terribles problemas para obtener lo que deseaban al final. El Genio no me era más que "un amigo que haría que Aladdin consiguiese ser príncipe", y Timón y Pumba, así como Rafiki, eran "quienes ayudarían a Simba a lograr salvar a su pueblo de las garras de su ambicioso tío Scar".

Mi edad estaba entre los seis y ocho años, y sí, disfrutaba mucho de esas historias. Pero mi sorpresa fue mucha cuando volví a escuchar las bandas sonoras de esas películas que tanto amaba.

Fue a mis diecisiete años cuando redescubrí las canciones y vi, por primera vez, a Scar. De niña lo había visto pero ahora, realmente caí en quién era él (vi El Rey León 2 y conocí lo que el paso de su historia había dejado). La pasión de su canción "Be prepared" en inglés, con la preciosa voz de Jeremy Irons me dejó muda. Era lascivo, con los ojos intensos y el susurro casi diabólico de maldad ante quienes, sabíamos, mataría a su propio hermano y buscaría matar a su sobrino, agazapado y acechante como un felino pero calculador y helado, como un terrible demonio.

A partir de ahí, noté un cambio en mi interés respecto a la banda sonora de disney, tanto en las películas antiguas como en las más actuales. Muy lindo escuchar a Aladdin cantarme del mundo ideal, pero ¡Qué genial ver a Jaffar gritandole a Aladdin que era una mentira! ¡Que bonito cantar Colores en el Viento pero mi piel se erizó al escuchar al padre de Pocahontas preguntarse si el hombre blanco podía sangrar!. 

Y la niña que adoraba cantar las canciones de princesas se volvió loca por las canciones de los villanos. La pasión, la intensión, el deseo y el anhelo eran rasgos llamativos que lograban interesarme, de repente, en la historia. ¡A mi no me interesó jamás la historia de Pocahontas hasta que llegó la canción de los blancos contra los nativos! Recuerdo particularmente ese instante donde todo mi interés, completamente errático en cualquier cosa más interesante que la película, se enfocó en la pantalla, mientras los nativos y los blancos veían al otro como lo peor, solo por considerarle diferente.

Algo así me pasó con Chicago. Me la recomendaron mucho y tanto mi amiga Lorena como yo, parecíamos más interesadas en hablar del chico que nos gustaba más que de ver la pantalla. Todo bien con la trama pero no lográbamos interesarnos en los personajes ni las canciónes hasta que llegó la gran pieza de Catherine Zeta Jones. La escena era la protagonista, dormida mientras se escuchaba suavemente de lo que sería un tango intenso acompañado con chasquidos de dedos para finalizar en una temible confesión y el grito rabioso de Catherine Zeta Jones en medio del baile donde el color rojo y el negro resaltaban. Porque Chicago, la película furor que nos vendieron como mejor que Moulin Rouge, realmente no era nuestro estilo. ¡Pero la canción Cell Block Tango fue capaz de atraernos lo suficiente para terminar la película y hasta sonreír diciendo "Me gustó"!. Y si me preguntan, casi quince años después algo de Chicago, solo recuerdo esa parte.

Me gustan los musicales generalmente, pero analizando las canciones que deseo escuchar y aprender, a diferencia de cuando era niña donde cantar las canciones de las princesas delicadas era lo normal porque, lo admito, más que ser princesa, quería ser protagonista (por eso yo era Aladdin y Simba y mi amiga Nala y Jazmin), hubo un cambio en mi cabeza y mis gustos, orientándome a las canciones más apasionadas. Y me pregunto ¿Será que es revitalizante y hasta atractiva la intensidad? A nadie le gusta el protagonista soso sino que seguimos al que va en busca de su destino y se impone a él ¿Acaso no es eso lo que los villanos hacen?

No es raro que estas preguntas y recuerdos surjan en mi. Actualmente, Disney está haciendo remakes de sus obras y, lentamente, los villanos o esas canciones poderosas que recordaba, comienzan a bajar de nivel. La última villana que recuerdo fue la madre de Rapunzel, quien también tuvo una canción no tan épica como las de muchos villanos, pero sí con gran personalidad, maldad y manipulación en su letra. Marcando la suave debilidad de Rapunzel y como aterrarla para que no cruzase su propia puerta, atándola con las cadenas invisibles de la culpa y el falso amor.

En Frozen quien llevó la canción más notoria, fuerte y egoísta (que de haber sido de una villana, se habría interpretado así), fue Elsa y fue con Frozen que Disney empezó a ver innecesarios a los villanos como figuras poderosas. Ya no estaban la ambición, el pecado, la lujuria y el vicio representados en sus películas con ciertos personajes, sino la incomprensión ¡Y lo entiendo! Adoro que hagan a los villanos lentamente más entendibles, pero no débiles. O peor: tibios.

Y ese es el problema que yo creo puede empezar a manifestarse en los remakes live action. Los protagonistas por sí solos no son tan poderosos, rebeldes, viciosos o reprimidos para cargar en sus hombros la trama y no porque sean malos personajes, sino porque una historia tiene muchas partes además del protagonista. Darle espacio a un personaje para hacerlo más fuerte es importante, pero si no vemos contra qué pelea es inefectivo. Podemos darle todo servido y un villano que está ahí para cumplir agenda pero hay algo en los viejos villanos que los nuevos no pueden emular. No he visto Aladdin aun, en su momento lo haré y opinaré, pero me dolió saber que Jaffar no era lo que debió ser. Quitar protagonismo a un personaje para darle más a otro que, en su historia original ya era muy importante, es extraño a mis ojos. Es una elección que no logro entender. La misma victoria de los protagonistas llega a perder impacto porque el villano literalmente, no nos interesa. Es como cuando en un partido de futbol juegan dos equipos y uno tiene once jugadores y el otro ocho. Si gana el que tiene once jugadores, la victoria no es tan dulce como lo sería si el otro equipo tuviese once también.

Y lo que no se entiende en estos nuevos resurgimientos de viejas obras o las películas que nos entregaron a partir de Frozen es que los vicios humanos existen y pueden ser representados por personajes:

La ambición de Scar, la envidia de Jaffar, la manipulación de Ursula, Facillier y Mama Gothel. Cuando vi Rapunzel, a mis entonces veintitantos, me quedé con una sensación muy especial dentro. Si bien mi madre no es Mama Gothel, sí se lo que es que usen la culpa para que no te vayas de casa. ¡Es normal en muchas madres y Disney se animó a mostrarnos eso! Si eso no es efectivo, no sé qué lo es. 

Ahora, lentamente, la era de los villanos de Disney comienza a desaparecer para dar situaciones de conflicto mucho más tibias. Disney está interesado en darle a la mujer un peso mucho más marcado y a las princesas una fuerza diferente. El príncipe ha sido llevado a un rincón y, con él, los villanos también fueron nerfeados. El problema, creo yo, es que si no se atreven a entregar deseos oscuros y humanos a sus personajes protagonistas y además, quitan a los villanos la parte más intensa de esos deseos (que es lo que los vuelve atractivos), se termina creando una historia nueva, pero tristemente incompleta. No por nada, la Bella y la Bestia, con sus aciertos y fallas, fue uno de los remakes mejor recibidos por la crítica...No digo que le quiten fuerza a las princesas, pero me extraña que le quiten importancia a los villanos o a toda manifestación intensa de algo. Vi el trailer de Mulan y vi todo, menos pasión (En serio, vi karate, acrobacias, honor, peleas de espadas y no vi pasión. Igual, es solo un trailer y no juzgaré nada aun). Basicamente es como hacer una película de un helado de vainilla. Puede ser muy rico, pero siempre se termina sintiendo que falta algo. Hay mucha emoción en las películas, pero se olvidan de la emoción más primitiva y por ende, atractiva. Por miedo a tocar algo que pueda generar polémicas, terminan generando una película tipo helado de vainilla que quiere ser otro sabor de helado pero se siente tan aburrido como la vainilla al final. Nos gusta...y es vainilla.

¿Es un ejemplo muy rebuscado, cierto? Es que no podía sacarme la palabra vainilla de la cabeza mientras hacía esta entrada.

Retomando, esto me lleva a una pregunta que no puedo evitar hacerme:
¿Acaso la nueva generación de princesas Disney necesitan más una canción que un real oponente? Lo sé, el machismo y la opresión son muy buenos oponentes pero ¿Es tan terrible darle fuerza a ese machismo opresivo para que la película nos permita involucrarnos más en ella y temamos por nuestra princesa?

He llegado a pensar que estas generaciones no aprecian un villano oscuro pero, sinceramente no creo que sea así. Creo que son los productores actuales los que temen a ese vicio. Frollo amando apasionadamente a Esmeralda, de tal forma que fuese capaz de crear un genocidio por obtenerla da más miedo que atracción y por eso, Disney quiere tapar desesperadamente todo eso. Pero es como tapar el sol con un dedo. La pasión, la ambición, el deseo y el anhelo han generado dolor en otros desde que somos seres vivos y cuando se pierde el control de ese timón, figuras viciosas nacen. Para Disney, quitar eso de sus obras funciona, pero creo realmente que funcionaría mucho más aprender a adaptar ese mal a esta generación. Hablando en serio, es verdad, se ganan a la generación actual y la taquilla funciona pero ¿por cuánto tiempo? Podemos mejorar pero no omitiendo cosas porque asustan u ofenden.

Por eso los remakes que hacen y las películas nuevas son hitos increíbles que estalla con fuerza en las taquillas pero que, años después, caen en el olvido con relativa facilidad. Personajes que son atractivos, mascotas que atraen a los niños pero aburren a los adultos, hermosos efectos y personajes bastante omitibles al final.

¿Qué fue de Coco luego de su gran furor o el remake de la Cenicienta? ¿Qué fue de Moana? ¿Qué fue de Grandes héroes luego de su estreno? ¿Por qué los Increíbles sí pueden romperla con una secuela y si pregunto acerca de Grandes Heroes, muchos no saben bien de qué hablo?

No digo que no funcione la fórmula; traer las viejas historias de mano de actores y efectos especiales es una fábrica de dinero. Pero algo falla en las nuevas historias que necesitan desempolvar las antiguas para mantener la llama ardiendo. Y esa pasión se vuelve tibia para contentar a casi todos.

No hay un Scar capaz de hacer lo indecible con tal de llegar al poder y si lo hay, no puede ser tan nazi porque daría una idea erronea. No hay un Jaffar, capaz de destrozarlo todo para ser sultán y si lo hay, debe ser tranquilo y controlado, no sea que veamos en él algo realmente digno de ver y, como buen personaje de cartón, no sentir deseos impuros por la princesa ¡No sea que el villano cosifique a la chica!. No hay un Frolo, capaz de perseguir una minoría y destruirla con tal de hacer lo que cree correcto. No seamos hipócritas: Ese tipo de personas existe y sacarlo de la ultimas entregas no hace que existan menos. 

Hay princesas, sí. Hay poder femenino también, sí. Pero los verdaderos héroes de las historias han vencido muchas dificultades porque en las viejas historias, los villanos eran tan importantes como los protagonistas y representaban vicios completamente humanos llevados al extremo.

Scar era muy nazi en su canción y por eso, ahora tiene una versión más suavizada y corta. ¿Por qué? Si Scar no tiene escrúpulos y esa canción lo manifiesta ¿Por qué temen tanto a la pasión de un personaje? Elsa, en su "Let it go", no tiene escrúpulos y fue lo que salvó la película. La pasión no es sinónimo de maldad, al contrario. Y quitar la pasión de los personajes para hacerlos más "aceptables" es volverlos más tibios. Y si Disney no se atreve a manifestar intensidad en personajes protagonistas y tampoco se permite eso en los villanos...el resultado es una película hermosa visualmente, con mucho dinero detrás y millones en recaudaciones pero poco memorable a la larga...

Es que los villanos representan pecados tan reales que muchos creen que borrándoles de las obras, desaparecerán mágicamente, sin entender que esos villanos pertenecen tanto a los cuentos como a nuestra propia naturaleza humana. Porque sí, todos sentimos esas emociones y los villanos solo son esos personajes que toman esa pasión por encima de todo y la imponen, sin importarle los demás. Amamos odiarlos y buscar que caigan porque representan lo que un protagonista sería de caer en las garras del egoísmo, el deseo y lo prohibido.

Sin un villano potente, el protagonista pierde potencia inevitablemente y con eso, la historia navega en un montón de detalles bellos, pero inevitablemente tibios.

Comentarios

  1. Si pones al protagonista en el rol de Heroe, necesites un villano que sea lo opuesto, como bien decis, aladdin con sus sueños de gloria y jaffar con su envidia. No son "opuestos" sino la muestra de lo que pasa cuando enfrentados a una decision uno toma el camino del heroe (aladdin sacrificando su principado para darle la libertad al genio y jaffar atrapado en una lampara por no considerar el precio del poder absoluto). Podes hacer una exelente historia sin villano, Inside Out, Bolt, etc, si centras el sendero del protagonista en una aventura de descubrimiento, pero si los presentas como Heroes necesitas un Villano. Buscarle mensajes politicos actuales, que el machismo y la opresion, no es necesario para contar una historia que resuene actual y topica, la princesa y el sapo es un buen ejemplo. La remake de mulan promete eliminar el rol del principe general y el de la invasora, la pregunta es, sin eso... Que queda?
    Lamento lo desconexo del comentario, lo escribo mientras viajo 😊. Saludos desde Argentina, Paraná te extraña! ☺

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    1. Pues joven, dejeme decirle una cosa: Posiblemente Paraná me tenga antes que se cumpla el mes, puesto que necesitamos ir a meter caos en esas tierras de pantanos y calor (?) ¡Te aviso!

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